El acero inoxidable es uno de los máximos exponentes de la tecnología moderna: pieza clave en instrumentación y maquinaria, nos estamos acostumbrando a admirar su belleza como parte de estructuras, construcción y mobiliario urbano. Sin embargo, el secreto de su interminable versatilidad está en sus defectos, en aquellos que residen a escala submicrométrica. Cuando los examinamos con un microscopio electrónico de transmisión a estas escalas, podemos apreciar su extraordinaria complejidad física y química, así como el origen de todas sus propiedades, pero sobre todo, descubrimos nuevos e insólitos parajes que se asemejan más de lo que creemos al mundo que conocemos. En la siguien imagen podemos contemplar la superficie de un acero inoxidable bajo la apariencia de un océano de defectos a medianoche: precipitados, fallos de apilamiento y dislocaciones, ocultos a nuestros ojos como también lo quedan las entrañas de los mares más profundos. La imagen corresponde a un acero ferrítico del tipo EN1.4509
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Autor/a: Daniel Ortega Ponce
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Autor/a: Daniel Ortega Ponce |
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